Fiestas de Invierno, en honor del patrón y la patrona del pueblo, San Ildefonso y Nuestra Sra. De la Paz (23 y 24 de enero)
Según se indica en el libro Collado Mediano. Hombre y Naturaleza: "La Fiesta de San Ildefonso eran ocho días de fiesta: uno de celebración del Patrón, otro de la Patrona Virgen de la Paz; ambos con misa y baile de gaita y tamboril. Después venían los días de tambores de mozos, mozas, casados, casadas, pastores y cabreros. Cada grupo costeaba el tambor de su día. El día de pastores y cabreros, iban a cuidar del ganado los amos.
Las mozas, para su día, recogían dinero por los lugares de trabajo, especialmente en las canteras. La chica que ese año pasaba a moza tenía que someterse a una azotaina "a culo visto" en la "Poza de Maillo". A partir de entonces llevaba el pelo recogido en el baile, mientras que las chicas lo llevaban suelto o con trenzas.
Los chicos pasaban a mozos pagando "la costumbre" a los que ya lo eran. Consistía ésta en pagar el vino de un convite. Los que se negaban eran arrojados al pilón y no se les admitía en las reuniones y conversaciones de los mozos, que a su vez, eran los encargados de que ningún chico anduviera de noche por la calle, a base de zurrarlos con el cinturón."
Actualmente las Fiestas Patronales, dada la transformación sufrida por el municipio y la proximidad de estos festejos con las celebraciones de la Navidad, han perdido parte de la importancia que tuvieron en otras épocas. No obstante, conservan mucho de su sabor: se continúan degustando las tradicionales rosquillas y pestiños en los actos organizados por el Ayuntamiento en la Plaza Mayor, donde los vecinos y visitantes disfrutan con vistosos espectáculos de gran calidad. Se celebran las misas y procesiones en honor de San Ildefonso y la Virgen de la Paz, y por supuesto, se sigue bailando el Rondón, al son de la dulzaina y el tamboril.