Por referencia directa de nuestros abuelos y bisabuelos sabemos que su vida transcurrió de forma muy parecida a como había sido la de sus padres. Por datos históricos podemos suponer que no fue muy diferente a la de sus antepasados que vivieron en Collado Mediano durante los siglos anteriores. Sin embargo, en las últimas décadas, los cambios se han sucedido tan deprisa, que debemos hacer un enorme esfuerzo de imaginación, para considerar como escenas cotidianas las que nuestros abuelos y bisabuelos nos cuentan de su juventud.
¿Qué ha cambiado?
Las costumbres y valores han pasado de estar basados en la tradición y el conocimiento de los mayores, a evolucionar de la misma forma que en la ciudad, siguiendo corrientes o modas que se difunden por los grandes medios de comunicación: TV, radio, cine, etc.
La economía de agricultores y ganaderos era de una gran autonomía. Producían prácticamente toda su comida y muchas de las cosas que necesitaban. Los intercambios eran sobre todo de aperos y técnicas auxiliares para la producción. Sin embargo el comercio que se centraba en las provincias de Segovia y Ávila, de economía rural, ha pasado a realizarse, casi exclusivamente, con Madrid y de la misma forma que en la gran ciudad. En lugar de cambiar unos servicios por otros, se trabaja por un sueldo y con él se compra todo lo necesario para vivir. De un sector primario se ha pasado a una actividad de servicios. Es decir, de una gran autonomía, a convertirse en suministradores de servicios de ocio de la ciudad y, posteriormente, a ser casi una parte de ella. Actualmente la mayoría de los residentes desempeña su trabajo en Madrid.
¿Por qué ha cambiado?
Aunque confluyan muchas causas; si tuviéramos que señalar una, nos referiríamos al aumento de poder adquisitivo en la ciudad. El excedente económico de un número muy alto de personas ha sido canalizado hacia la satisfacción del ocio.
El uso generalizado del coche ha traído hacia la Sierra de Guadarrama miles de madrileños que buscan pasar unas horas o unos días fuera de las incomodidades de Madrid. La entrada en escena de la energía fósil del petróleo fue el motor del "boom" económico en la ciudad, de la llegada de los turistas y de la transformación de la región.
El cambio económico viene acompañado de un profundo cambio cultural que acentúa el conflicto entre generaciones. En la creación de las nuevas formas culturales estamos implicados todos. El abandono y el desprecio de la sabiduría de los mayores supone tirar por la borda el resultado de una experiencia de siglos.