Estoy espesa. No he dormido bien estas noches por culpa de la biodiversidad. En los últimos días un búho se ha ido a colocar al lado de la ventana, y no es obsesión, pero me parece que lo tenemos dentro de la misma habitación. Uh, Uh, Uh. Eso hace el tío durante horas. Enciendo la luz a ver si la literatura me hace olvidar al pajarraco, pero lo único que consigo es que mi santo se despierte y me mire con ojos asombrados.
—Mata a ese búho— le digo por centrar la conversación.
Elvira Lindo. Tinto de verano. Diario EL PAIS, agosto de 2001
Ruta
El Cordel de Castilla es una vía pecuaria que une la Cañada Real Segoviana, a su paso por Cerceda, con la Cañada Real de Merinas, en su tránsito por Los Molinos. Este trayecto coincide en gran parte con el límite entre los términos de Collado Mediano y Navacerrada, surcando las lomas y vaguadas situadas entre la Peña del Sol y Jarahonda que recuerdan paisajes norteños.
Se iniciará el recorrido a partir de la urbanización de El Reajo del Roble, un enclave al noreste del municipio. Aproximadamente desde el punto kilométrico 9.500 de la carretera de Navacerrada sale, antes de pasar a esta urbanización, un camino tras una valla accesible por dos puertas, una para vehículos, cerrada, y otra entornable para peatones. También se verá un cartel que prohíbe perros sueltos, seguramente puesto por ganaderos que quieren evitar que los perros de los cazadores molesten al ganado.
Una vez dentro se tomará el camino principal que sigue a la derecha para irse separando después de la carretera hasta divisar un corral construido con cemento. Estamos en pleno cordel, que sube monte arriba paralelo a una valla de piedra, tras unos alambres de metal supuestamente ilegales. Habrá que pasar por lo tanto la puerta metálica que queda a la derecha para volver después a entrar al cordel por un hueco de esta valla situado a unos 50 metros.
Seguiremos subiendo la suave rampa junto a la valla, a la vez que irá apareciendo a la izquierda el valle del arroyo de Pozas y, como fondo, una rampa serrana que oculta el pueblo de Collado Mediano tras la falda sur de la Sierra del Castillo. Algo más adelante aparecerá el Cerro de Jarahonda y también un jaral que invade totalmente el trayecto del cordel. Habrá que pasar de nuevo al término de Navacerrada aprovechando un hueco en la valla dirigido por un reguero marcado sobre la hierba. Enfrente queda el Cerro de los Agregados, hacia donde dirigiremos nuestros pasos atravesando un chirpial de roble cubierto con jara estepa y algún melojo de porte arbóreo. El paso no está claramente dirigido por ningún sendero, pero no será difícil llegar arriba, teniendo siempre en cuenta no alejarse demasiado de la valla de piedra que delimita ambos términos.
El cerro de los Agregados, como es común en estos casos, está coronado por unas peñas tras las cuales aparecerá la ermita de San Antonio, recientemente rehabilitada. Tras la visita, y después de echar un vistazo al vigoroso melojar que vierte hacia el otro lado, llega la hora de volver a retomar el cordel aprovechando, en una parte de la valla, un gran canto hincado en el terreno que ayuda a pasarla. Jarahonda aparece ahora en primer plano, con su "típico" aterrazado de repoblación dominado de momento por el jaral. El cordel de Castilla queda ahora claramente delimitado al otro lado por una vallado bajo de alambre, quedando ante nosotros un tramo de unos 30 metros de ancho que, pasado un recuenco en medio de la loma, comienza a invadirse de nuevo de mato-rral. Quedará, aún así, un hueco justo para alcanzar un camino que se dirige a la entrada norte de la finca de Jarahonda, señalizada con un ciprés.
No es ésta, sin embargo, la dirección que debemos seguir si queremos recorrer el cordel, ahora perdido entre la jara. Debemos "huir" de nuevo hacia territorio de Navacerrada utilizando el hueco abierto en la valla por el anterior camino. Para librarnos de la jara alcanzaremos la inmediata pradera que anuncia el nacimiento del arroyo de la Veguilla, bajando por un paraje realmente idílico donde encontraremos la fuente del Vallecillo entre bellos ejemplares de melojo y un prado ondulado de montaña que se extiende hacia el próximo Cerro de la Rueda. El término de Collado Mediano queda a escasos diez metros de este encantador paraje, tras la valla que oculta el pinar "jarahondés".
Por debajo de la fuente veremos que brotan las aguas del propio arroyo, que bajan hasta toparse con una valla tras la cual se abre una pradería más amplia. La ruta deberá separarse ahora del arroyo y para ello dejaremos a nuestra izquierda un gran ejemplar de roble, pasando por un charcal "decorado" con algunas ruedas de coche. Veremos entonces dos mojones: uno pequeño donde se verá grabado de arriba abajo "MP 25 93" y otro más alto y antiguo, inserto en el vallado, en el que todavía se hacen visibles las letras grabadas en la roca "Término de Navacerrada". En este momento nos situamos en el punto de encuentro de los límites de Collado Mediano, Navacerrada y Cercedilla.
Pasaremos a este último término evitando pasar al prado (propiedad privada), siguiendo la valla de piedra que nos conducirá al final de la ruta. La valla, y la senda que le acompaña, rodea el prado por arriba, quedando más abajo el cauce del arroyo que sirve de límite entre los términos de Collado y Cercedilla. Más hacia delante, tras pasar al lado de una piscina y una primera casa con tejado de pizarra, nos lo encontraremos de nuevo, frente a una valla más alta y recia que irá marcando el límite del municipio de Collado albergando un pinar de gran porte. A la derecha queda un terreno libre, muy deforestado por su tradicional uso ganadero, perteneciente a las laderas cada vez más bajas que forman parte de los Cerros de las Ruedas, Peña del Sol, y Golondrina.
La valla irá creciendo más abajo en altura hasta tapar casi por completo la casa principal de Jarahonda, una mansión rodeada de espacios ajardinados. Más allá se divisará ya El Chaparral, perteneciente al municipio de Los Molinos, lo que significa perder de vista definitivamente el término de Collado Mediano. La senda sigue, entrando en una pequeña vaguada, y siguiendo después fielmente el borde de la valla. Pero ha llegado ya el momento de pasarla por encima, y para ello hay que fijarse muy bien, nada más pasar esta pequeña vaguada, en dos piedras que sobresalen a diferente altura en la valla. Esas dos piedras son dos escalones para pasarla. Al otro lado se verán otros cinco o seis más, emplazados para bajar a la carretera de acceso a la gran finca de Jarahonda.
Ya sólo queda llegar a la estación de Los Molinos, a unos dos kilómetros de distancia, alcanzando primero el tramo de carretera de Guadarrama a Navacerrada hace poco abandonado (y sustituido por otro que ha creado el más grave impacto ambiental de la zona), y bajando después hacia la izquierda para encontrarse primero el paso a nivel y más allá la estación de tren que nos comunicará con Collado Mediano.
Interpretación del Paisaje
El recorrido por el Cordel de Castilla nos permitirá conocer la parte más alta, montañosa y recóndita del municipio del Collado Mediano, donde las grandes panorámicas que abarcarán todo el término se compaginarán con unos micropaisajes de gran encanto.
El ecosistema predominante por estos parajes es el melojar, acompañado por su especie arbustiva de referencia la jara estepa (Cistus laurifolius) y un chirpial que muestra como el roble melojo es una especie que se regenera abundantemente con brotes de raíz. La pradera será, no obstante, el paisaje que se impondrá por las lomas, vertientes colubiadas y vaguadas, debido a los necesarios aprovechamientos ganaderos todavía vigentes. El contraste de este conjunto paisajístico suave y húmedo, con el de las laderas abancaladas de Jarahonda, más árido y áspero, se hace muy evidente sobre todo en el vallejo del arroyo de las Veguillas, compartido por los municipios de Collado y Cercedilla.
A los rasgos geomorfológicos (lomas, collados, peñas y vaguadas) y bióticos (melojares, jarales, pastizales y prados) se unen también aportaciones antrópicas positivas para al entorno (ermita, vallados de piedra, fuentes y abrevaderos), pero también negativas, como la pista que discurre al lado de la ermita hacia el Cerro de la Golondrina, construida para el interés de unos pocos particulares, o las ruedas y el contenedor tirados en una zona que permanece encharcada la mayor parte del año. El mundo agropecuario deja también, por último, su impronta en el paisaje. Aparte del cordel, se pueden reconocer sobre el terreno diversos tipos de pastizales: majadas en las zonas alomadas próximas a la ermita o en la lejanía del collado de Roblepoyo, vallicar en zonas más recoletas próximas al arroyo, junto con algún rincón frecuentemente encharcado (bonal).
Álbum Fotográfico
Plano del recorrido
Glosario
Datos Útiles
Longitud: 6,2 km
Desnivel: 110 m
Bicicleta: Difíci
Tipo de ruta: Lineal